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Recomendaciones antes de tomar un año sabático

Artículo escrito para Worldpackers y publicado en su web en diciembre de 2019

Si quieres aventuras, viaja. Si quieres que tu vida cambie de forma radical, tómate un año sabático. Te lo digo por experiencia: volverás a casa siendo una persona completamente diferente.

Desmontando mitos sobre el año sabático

Antes de decidir tomarte un año sabático debes tener en cuenta que no es todo tan perfecto como parece. La recompensa la obtendrás con el paso del tiempo y esos meses se convertirán en los mejores de tu vida. Es por eso que los que han vivido esta experiencia la describirán de forma romántica y omitirán lo mal que lo llegaron a pasar algunos días o semanas.

Un año sabático es un periodo de aprendizaje constante en el que te enfrentas a situaciones con las que nunca habías lidiado en lugares desconocidos y lo más probable es que el choque cultural y la barrera idiomática sean los principales obstáculos a los que tengas que enfrentarte. No te asustes, también te divertirás y disfrutarás muchísimo, pero todo a su debido tiempo.

Parece mentira pero salir de tu zona de confort es más difícil que aprobar un examen en la universidad y aprender o perfeccionar un idioma en el extranjero es más complicado que ir a clases particulares con profesores que hablan tu lengua materna. 

El golpe inesperado que te da la realidad es difícil de asimilar por diferentes motivos, pero lo superarás y podrás seguir adelante.

Espero que tengas la suerte de recibir el apoyo de tu familia y amigos durante la fase de planificación porque te será más fácil dar el primer paso. Si no es así, debes estar preparado para que no te afecten negativamente los comentarios desmotivadores que podrías llegar a recibir. Si no son críticas constructivas o mensajes positivos, no merece la pena que les prestes atención.

Me siento afortunado porque mis padres me apoyaron en todo momento, aunque algunos de mis amigos no entendieron en qué consistía exactamente tomarse un año sabático y me dijeron todo tipo de cosas, como: “estás desperdiciando un año de tu vida” o “tienes la escuela de idiomas al lado de casa, ¿por qué te vas a Francia?” y mi favorita “¡no hace falta que te vayas tan lejos a no hacer nada!”.

Poniendo al día mi diario de viajes durante la puesta de sol en Capadocia / Robbe Vulsteke

No voy a negar que tenía dudas y un poco de miedo. Todo era nuevo para mí y no conocía a nadie de mi entorno que hubiera hecho algo similar, pero tenía claro lo que quería y me lancé al vacío con los ojos cerrados. 

No me arrepiento de haberlo hecho porque gracias al año sabático descubrí mi verdadera vocación: el periodismo de viajes.

¿Cómo planear tu año sabático?

Sabrás que estás preparado para dar este paso tan importante cuando tengas claro el motivo por el cual quieres tomarte un año sabático. Hay muchos y todos son válidos: desde recorrer el mundo antes de empezar una nueva etapa en tu vida, escapar de la rutina o salir de tu zona de confort, hasta aprender o perfeccionar un idioma.

En el fondo todos sabemos lo que realmente queremos, es lo que nos empuja a tomar la decisión de dejarlo todo por un tiempo para enfocarnos en nosotros mismos. Nos merecemos lo mejor, eso debes tenerlo siempre en mente. ¿El destino? La elección dependerá de cuán abierto estés a interiorizar los cambios y a asumir que debes ser tú el que se adapte a otras culturas y no ellos a la tuya.

En serio, no sé cómo hay tantos “viajeros” por el mundo que se niegan a seguir las normas de convivencia y tradiciones del país en el que están viajando o residiendo. No te equivoques, con esto quiero decir que tengas que comerte un bocadillo de intestinos de cordero en Turquía si no te apetece o si eres vegetariano. Me refiero a que si vas a Francia, debes acostumbrarte a almorzar al mediodía y a cenar sobre las 19h. ¡Si eliges España, no te sorprendas si ves a la gente comiendo a las 15h o cenando a las diez de la noche!

Si no quieres complicarte mucho la vida con el tema del idioma y las grandes diferencias culturales, elige un país en el que se hable español. Por suerte, los hispanohablantes tenemos muchas opciones y lo mejor de todo es la variedad, no solo de paisajes, sino de costumbres, gastronomía y formas de ver el mundo.

Las plataformas como Worldpackers son ideales para realizar tu año sabático porque intercambiando tus habilidades por alojamiento no tienes que gastar mucho dinero y puedes viajar durante más tiempo. El tipo de oportunidad y posición que elijas definirá tu experiencia. Los hostales son ideales para aprender y practicar idiomas porque estarás en contacto con gente de todo el mundo. Las ONG’s y las granjas orgánicas son perfectas para desconectar, ayudar a los demás y encontrarte a ti mismo. Aquí puedes ver todas las opciones de voluntariado en el mundo. 

Otra opción es coger tu mochila y recorrer una parte del mundo haciendo autostop durante un año. No solo descubrirás tus verdaderos gustos, nuevos pasatiempos, tus virtudes y limitaciones, también podrás vivir una o diferentes culturas como un local. Es un gran desafío apto exclusivamente para valientes.

Mi amigo Robbe Vulsteke mochileando en Georgia durante su año sabático / Eme Mendoza Ayala

¿Cómo hago con el presupuesto para realizar mi año sabático?

Lamentablemente, el presupuesto es un factor determinante a la hora de escoger el tipo de experiencia. Si te decantas por el voluntariado, tendrás el alojamiento cubierto, en ocasiones una o dos comidas y la posibilidad de utilizar la cocina. Esto supone un porcentaje importante de los gastos variables, por lo que tendrías que ahorrar prácticamente para las actividades de ocio: visitar atracciones, salir de fiesta y los viajes cortos a ciudades cercanas o países vecinos. 

Y recuerda: siempre es mejor tener un poco de dinero extra reservado para imprevistos.

Por otro lado están los gastos fijos, los cuales también puedes abaratar si planificas con antelación. Puedes elegir países en los que no tengas que tramitar visa o en los que no sea necesario vacunarte, por ejemplo.

Seis meses antes de la fecha prevista para tu viaje es el período perfecto para encontrar promociones en vuelos y billetes de tren y autobús. Si eres previsor, también encontrarás las mejores oportunidades en Worldpackers y tendrás tiempo para comparar seguros de viaje y lo que realmente necesitas empacar para esta aventura de acuerdo al tipo de año sabático que elijas, tu itinerario y tu forma de viajar.

¿Cómo calcular el presupuesto de mi viaje?

Para calcular aproximadamente la cantidad mensual que necesitarás para este viaje, puedes buscar en internet el coste de vida del país al que vas y el precio de los productos de primera necesidad en las páginas web de algunos supermercados, también puedes preguntar a los miembros la Comunidad Worldpackers en el grupo de Facebook o escribir directamente a los Expertos o a otros worldpackers que han estado en ese país o en la misma posición.

Mis 6 recomendaciones antes de tomar un año sabático

¡Enhorabuena! Siéntete orgulloso de ti mismo porque eres especial. Formas parte del exclusivo grupo de valientes que ha reunido el coraje necesario para enfrentarse a una nueva realidad en un país con diferente cultura e idioma.

1. Mi consejo: sé tú mismo y déjate llevar porque nunca podrás volver a ser tan libre como ahora. Equivócate, llora, cae, enfádate contigo mismo y con el mundo si quieres, pero por favor ¡vive! Nuestra existencia es efímera, así que no dejes de hacer cosas por miedo a la aventura o por el qué dirán. ¡Aprovecha para disfrutar descubriendo nuevos lugares y conociendo nuevas personas!

2. Tu anfitrión será tu primer contacto, un guía que te introducirá poco a poco a la comunidad para que seas capaz de vivir como un local. Responderá a tus preguntas y te ayudará a resolver las dudas que tengas sobre la sociedad en la que has decidido intentar integrarte y estoy seguro de que también te recomendará lugares fantásticos y no tan turísticos.

3. Si has decidido cogerte el año sabático para aprender o perfeccionar un idioma, no tienes excusa que valga porque para sobrevivir en este nuevo país tendrás que comunicarte en el idioma oficial. ¡Deja la vergüenza en casa y exprésate! Las primeras semanas puede que no te enteres ni de la mitad, pero tu oído se acostumbrará e irás adquiriendo nuevo vocabulario y fluidez a la hora de hablar. No te preocupes por los errores, los locales valoran y aprecian mucho que te esfuerces por comunicarte en su lengua materna. Al fin y al cabo no solo estás aprendiendo un idioma, sino una cultura y una nueva forma de sentir.

4. Las emociones se intensificarán en el extranjero. Cuando eches de menos lo harás a lo grande, si estás triste pensarás que es el fin del mundo y si te enamoras…¡será un dramón digno de telenovela! Pero el lado positivo es que la alegría será muy intensa y los buenos momentos se convertirán en experiencias extraordinarias que en el futuro serán anécdotas y recuerdos inolvidables.

5. ¡El tiempo vuela cuando te lo estás pasando de maravilla! Cuando empiezas a sentirte como en casa es cuando tendrás que decir adiós. Es así. Esa morriña que te ha acompañado durante todo el año está a punto de desaparecer porque volverás a casa y podrás abrazar de nuevo a tu familia y amigos, pero partir no es nada fácil.

6. Todos odiamos las despedidas porque en el fondo sabemos que hay muy pocas probabilidades de volver a encontrarnos con muchas de las personas especiales que se cruzaron en nuestro camino. Aunque nos sintamos muy tristes, tenemos que volver. La vida me ha enseñado a ver las despedidas como potenciales reencuentros, piensa en lo feliz que estarás cuando vuelvas a abrazar de nuevo a un viejo amigo y decir “adiós” será más fácil.

¿Hay vida después del año sabático?

Vuelves con muchísimas ganas de ver a los tuyos y traes la mochila repleta de historias de viaje que todos quieren escuchar. Irradias una energía especial y tienes un brillo en la mirada que cautiva a los que están a tu alrededor porque aunque no te des cuenta, eres una versión mejorada de ti mismo y los demás lo perciben.

Has cambiado y mucho. Cuando la euforia por tu vuelta pase y ya no tengas que quedar con nadie más, empezarás a cuestionarte muchas cosas. Es normal, has estado fuera un año y aunque te cueste admitirlo, casi todo sigue igual.

Echarás de menos lo que has dejado atrás hasta el punto de idealizarlo. Como se suele decir “cualquier tiempo pasado fue mejor”, sobre todo cuando te cuesta encajar incluso en tu grupo de amigos de toda la vida. El día a día te parecerá monótono y aburrido comparado con los planes improvisados que surgían en cualquier momento durante tu viaje.

Hacer autostop y acabar acampando en las montañas del Cáucaso, aventuras del año sabático

Muchos llamarían a esta etapa “depresión post año sabático”, pero a mí me gusta definirla como lo hizo una sabia amiga dos semanas después de haber vuelto de mi viaje por Sudamérica: “es un estado transitorio porque tu cuerpo está aquí, pero tu alma todavía viene de camino”.

Serás capaz de superar que tu año sabático ha llegado a su fin cuando valores lo positivo y negativo del viaje y cuánto has aprendido, aunque esas ganas de volver seguirán estando latentes…¡y solo desaparecerán cuando cojas de nuevo tu mochila!

Llegados a este punto, la pregunta es: ¿cuándo nos encontraremos por el mundo, Globetrotterr?

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